Aguas de ceremonia

Aguas de ceremonia

Si desespero por tu llegada
del manantial posesiva
lustroso mi narcisismo rostro
agua y llanto corren y se vuelven uno.

Guerrea el viento con tu cabello
canto de rizos
se abren en suave y ternura
es el anuncio de tu llegada.

Los gustos por la vida
antes de ti aparecen
contentos y andantes de alegría
todo lamento es ya partida.

No aprendo
quisiera una luenga paciencia
no la visito
el cause cristalino es mi confidente.

De mi péndulo sentimiento
virado en la espera
no te enteras
aquí, la boca cierra 
 linda muñeca para recibirte.

La visita

La visita

¿Será verdad lo que visita vino?
o caminó en mi irreal fantasía.
Ermitaña soy yo en la noche;
Marea alta, espuma  y  hondonada.

Soñadora y confrontadora, vaga,
cercana hiso arder mi sangre
la heló en su despedida
sin una palabra fluyó mi morada
en su influjo despierta o dormía.

La que visita en la noche
corre con la duda de carne su presencia
qué más da
su constante latido vive en las horas del día.

De un extremo a otro

De un extremo a otro

No me culpes a mí
porque tengo mis propias razones
dilas dementes y en conveniencia.
Reclamas, enfatizas de primeros y segundos
remoción apoyada en tu ebria calentura
que porque no te vi de inmediato
digo algo— porfió fue el destino
de pisa y corre
mirando que venía por la izquierda
hiso la jugada mandarte por la derecha
ralo nuestro enmedio
nada de acercarnos porque no esta escrito
la confrontación será en luz y adelante.

Tañeron campanas y lúdico sonido
nos paso sin freno ni gloria
lienzo donde la palabra meta
y seguimos andadores buscando alquimia
ahora nos encontramos
más vale tarde que nunca.

Cielo encendido

Cielo encendido

Suele suceder
en tardes frías e invernales
recurrir al uso estimable
de la piel de tu recuerdo
donde encuentro un festín de abrigo.

En ese estamos cubiertos,
nos tenemos;
briosa tibieza,
se cierran los ojos, y a veces,
tu figura está en mis sueños.

Ahí te retengo,
en el dormir de las junturas
para ahuyentar el frío,
y donde no estás,
penumbras de ausencia;
tan sólo duermo.

Juegos del viento

Juegos del viento

En morbo...
la lengua del viento
alzó la falda de la verde montaña
de estrechos  senderos
caminantes con mochila al hombro
ciegos de arena
rondaron la  piedra
en su espera se abrazaron.
El río subió la ola
cubrió la cúspide y volvió
cascada que baño al árbol
movido de frescura
cayó en cruce del peligro
se hiso puente
donde corrieron los hijos de Noé.
Los altos pliegues
cubridores de  honra
vinieron de fuerte avalancha
el estruendo creció
llegó a Dios
 enfurecido llegó a la tierra
todopoderoso
supo necesario un castigo
mano dura
de recto padre
lanzó un zape a su hijo el viento.
defendió éste su torbellino
mintió a su padre
enfatizó inocencia
y jurando en vano tosió
granujos de oro en su garganta
prueba del pliego perturbador
divino y recio castigo
por eso, de vez en vez
el viento
llora su recuerdo, su pena.

A orillas de la cuidad

A orillas de la ciudad


El sauce llora su ausencia.
La percha para su bolsillo rojo
va de fresca a seca y
envalentonadas las fieras endurecen su costra
que venga lo que venga
nadie caerá cuando ella es ausencia.
Aún el arroyo sea piedra
el esqueleto del pez tirita con el viento
los cirros afables están en otra tierra
nada importa
se sostiene la rama crujiente de la esperanza. 

Propuesta

Propuesta 

Ahora que mi mar de ilusiones

Va en piel y sangre  sosiego

Texturas y colores

Añilmente. De pronto despierto.

Inyectada de voraces ideas:

Saltar para escuchar mi latido

Trepar  holandas  del jardín palomas

Beber  otros sabores como tus besos.

Naciendo el día descalzo

Mis pies al suelo frío se vuelven crías

De sentir lo siento.

Mi orquesta pide de tus  letras.

Saboreando voy por el sendero

Te cuento

 tórridas sustancias adquieren vida

En este mi hemisferio / imaginarlo te toca

Madrigal

Madrigal

Está noche que impera la oscuridad

 no habrá derrota.

Luz

Cera para consumir unas horas

Morir lentamente.

Acto seguido...

Renacerá el alma

Con el brazo frágil de llama

Dando su vida de fuego

que tomo

como el grafito para dibujar tu rostro
y sentirte cerca.

Mar inmenso

Mar inmenso

Gustaba me la turba de olas
viniendo a nosotros indulgentes
oh! confusión en tus brazos
remansos a mi claustro.
Tu torso envalentonado al sol
aquella cosa caliente y arrebatadora
de tu pálido matiz
siempre triunfante y tú con tu derrota
de ardores cubriéndome.

Mirada de fervor  acechándote
al tanto de tu vaso de amargos sabores
saciar tu sed
clavando tus ojos en mi rostro
yo, a las coyunturas  hilando agua
el índice pañuelo del fondo de tu rostro.
Soy indispensable mi acción hablante
captura de tu materna sombra
 el vaivén del navío sin dar cuenta fue lejano.

Imaginándose nuestras huellas en la arena
por más pequeña la mía bajo la tuya
frágil como las palabras idas con el viento
arrebatador de mi cabello
so pretexto atabas.
Creador incansable de especiales ensueños
perdedor de nuestros juegos
con el atardecer cansado, y nosotros
contagiados del nacimiento de la penumbra.

Visitadoras arrastrando su cantar
 venían arrimándose las caracolas al convite
coro del mar, y la llamarada
confusión de tus mejillas azafranadas
revolución de alzadas llamas.
Remplazar del día las pasiones 
con la luminosidad fugaz del cielo indescifrable 
hiso la vacación más refulgente
caminante va revivida en está mi mente.

En conversación con el viento

En conversación con el viento.

Te veo. escucho.
mueves tus labios fértiles
narradores de tus gustos.
¿mientes?¿es así? No.
juegas a provocar con  tus secretos,
¿Si? Quizá. Es bastante fortalecido.
perpleja sigo trazos de tu pintura.

La mano, que no es mi mano ¡Qué afán!
te cerca, procede, su astucia,
tu génesis
darnos tus días para beberlos hasta atragantarnos
¡exposición expansiva!
¡Qué de tu libro veraz y autografiado
por tus manos en el viento, por tu voz, por tus ojos!
lúdica memoria.
Estoy aquí, siempre pendiente,
sabedora de tu juventud rebelde;
predicación de la cultura innata;
y dices rozamos, nos juntamos,
somos uno, solo uno,
en el punto de tu pintura
así de pronto coincidimos,
ya brota un acierto,
aquí en mi corazón nace furtivo,
y empezaría a crecer más, y más...
más, y das tus razones, tus verdades.

Sigue tu entrevista, y después...
Hablas: No me gustan prostitutas ni locas,
¡Alto! obstaculizas, no procede,
este brote de amor queda inconcluso,
yo, que de olvido y demencia me vivo
ya cómo pudiera acercarte este mi sentimiento
expuesto contra tu sentir abierto.

Dónde quedara mi querencia,
entre la lista de tus temores escrita,
dices no a la muerte que acecha,
miedo de siempre a la hoja en blanco,
prohibición, pudor, celo,
allí, en ese espacio de tu memoria,
sin que tu lo sepas,
quedare lejanamente recluida. 

Anclado

Anclado

Suceden cosas...
nacidas en un mismo momento
lejanas no obstante el mismo continente.

Al sur tirita la tierra
apenas perceptible a una simple mirada
en la ligereza la pregunta ¿Qué pasa?

Más arriba, que es el centro
se juega la batalla del mariposeo
pegan con sus alas de seda y terciopelo

En el norte música de tambores
llaman  la atención metódica de la paciencia
pronto el cenit se acercará a paso lento.

Todo proviene en la rareza de este mundo
un indomable pensamiento promovido
por la saeta de la memoria llega.

Así lejano cabalgando
está de pronto cruzando estos límites
la cerca enclencle ha caído.

Y te voy haciendo verdad
tu figura en éxtasis aproximada
en una noche que iba tranquila, y de pronto...
te pensé

Andar descalzo

Andar descalzo




Andar descalzo

No voy a declararte mi amor
no cruzare esa puerta con mi texto
dejare las señales de mi piel
vayan tan tranquilas a tu cuerpo.

Evocare mi trama que ya ves
ronda al mando de mi instinto
nace libre porque es,
es lenguaje tierno e indirecto
para tu rubor que sale a mi encuentro.

Yo miro desventaja frente a ti
quizá esos años muy bien te acomodan
tanto sabes/ tanto vales
que mi voz se arrincona con sólo verte.

Por eso tomare la simpleza del silencio
esa será mi arma secreta
quien quita te convenga mi actitud
saberme cerca esquina y vuelta.

Tendrás amante este desconcierto
desfilando tan cerca  mi latido
yo escocés asiento gris de tu aula
tú al mando de un historial febril dictado.

Así de pronto

Así de pronto

Sueles aparecer cuando nadie te espera

Sin el apoyo de pretexto

que tu llegar sustente

tan sólo está de pronto mi aspaviento

al darse cuenta de tu presencia

estalla como pólvora en el cielo.

Me enredo en está mi alegría

Aquí mis momentos en tu tiempo

Mi habla  para tu regazo

Las historias del día ya de salida

No regresan, te las cuento.

Las primeras hablaran de la noche

Pisaron sus pies el bordillo del tejado

Los mire ensimismados

apuntó la luz del farol

Indicó  disparo certero  su propósito

También parecía nada era de importancia

Su amorío una actividad incesante

Mas nada.

Intermedio para mirarte

Mis labios sellados

Un siglo de espera para entreabrirlos.

Se presentaron con todo su esplendor

Cada detalle fue visto

Su pecho era  fuerte amarillo

Su alza despampanante y gloriosa

Mi rostro los seguía

 este mismo ejemplo representativo

 ahora mismo.

Llevando las manos ocupadas

Lo sabes

fatal malabarismo

quise ser audaz y autentica

tropezar no indicó mi lista

caer era injustificable

y ya ves...el suelo sabe amargo.

Para hornear no se necesita ciencia

La harina pasa por tus dedos

El azúcar por tu lengua

La práctica hace al maestro

Debo volver a intentarlo

Luego entonces

No voy a llorar, nunca pucheros

 Si ya te vas no cierres la puerta

Deja  tu perfume sea último en despedirse.

En primer vuelo

En  primer vuelo

A su primer llamado llegó
con una carga de entusiasmo
por pesada le fue lento el viaje
más que de contenta acudió
que se le llame Sierva
el porque su memoria lo sabe
así su paradero sea lejano
en su voz incandescente dirá presente
y preciso ese día
otra tierra era su estancia
en provecho bien querida
acogida de tantas sonrisas
¡retirarse, oh que pena!
¡ese ventarrón!
fue hasta ella y proclamó
por parte de él,
—vaya  a su cielo en ese su estado—
prontamente voló
en esos minutos llenándose de humedad
tantas ansias comprimidas/ ser requerida
de tantas, de todas su presencia, una inmensidad
—Aquí abajo señor—
—¡Ay nubecita de mis amores,
cubre el bosque de mis enamorados,
dales tu apapachadora sombrita!
oculto detrás de aquella purpura mancha
quedó el sol de ojos cerrados
contento con su algo de descanso.
mientras una lenta lluvia caía
a esa arbolada, regaba la tierra
y apagaba a los amantes su llamarada.

Existencias

Existencias

Hablan tus ojos
lo que dicta tu sangre
que transpasa a tu piel el mensaje
a lo alto labrado en tu frente
un recital de ensueños
como para suprimir la demencia del mundo
así lo veo, así lo quiero.

Dicen tus labios cerrados
la quieta gracia de tu lengua
callar te acomoda
por los poros de tu piel
salen a relucir brotes de amor
así pequeños, y en señales
para enamorar es mejor el silencio

Cuentan tus pies sin residencia
de cerca hay luz que predica
tu libre figura
y donde estés sin necesidad del día
así te ves
hasta en el más oscuro de los rincones
nulidad de la caña de cera
brillante mente tu cuerpo el espacio alumbra

Narra la senda pasaste
un poco tu claro estanque
quedó junto al árbol frondoso
frutas luminosas cuelgan en su hurto
de tu luz su arrebato
voy detrás en las prisas
con mi libro bajo el brazo
citarte la estrofa, esa la del olvido
la que quedó en el centro de la mesa.

EL mirlo

El mirlo

Construyo añil historia
larga y de acero
hela aquí:
allá a lo lejos
junto al horizonte
donde el mirlo dilucido.
Encendió la mañana
en el templo de oración
 el épico sol
y nunca su vuelo
de llamar a su amada.
Es cierto
cristales cayeron
desfortalecidos los santos
añicos los sombreros
de hinojos a bruces
algunos feligreses
mientras su trino
exigía de su ave paradero.
Es cierto
su corazón era revuelo
e iba ciego en su vuelo
picoteó virginidad de corolas
posó en el fuego
tañó agreste la campana
en su pico un sorbo de vino
en sus patas la hostia
y de aquella capilla
de luz no quedó nada.
En el derrumbe crepitante
apuró su retiro
al cenit interrogó por su estima
es,  aclaró
de incandescente plumaje
en el centro de su origen
matiz pardo
trocitos lóbregos sus ojos
rostro de ángel.
Será la del nido en el olmo
la que aplasta un gusano
canta a sus crías
tumultuosos en la paja
relamidos sin guardar silencio.
Allá voló el mirlo
con respiro tranquilo / no pasa nada.
Ya juntos en el olvido de la tragedia
el astro observaba
¡mira el descarado echarme la culpa!
tan sólo por la flauta de su amada.

La travesía

La travesía

Una tarde de rumor de viento
sesgue espigas
estimando ver su travesía en vuelo
de la palma de mi mano
a donde diga su destino sea el mío.

Con la simiente siendo papalote
me fui trazando camino
con el sabor de la arcilla en mis pies
desconocida ruta
entretejidos cordeles/ un poco gemidos
de mi boca, me hice emigrante.

Al parcel llegando quede cautiva
la huerta de los pecados
en su natura estado penetrable
posó en un árbol mi guía
reposé con el grana en mis ojos.

La fruta prohibida...
todo era de una mujer de nombre  Eva
evocó el paisaje al paraíso
hecho de manzanas todas
con una sola mordida

¿Quién osó pecar de esa manera
qué landronzuelos se dieron a esa tarea?
tan solo un pedazo de esa fruta
al suelo marchitas/ oxido en la rama
encendido aroma de cabalgar al cenit.

Ya cabizbaja, y en llanto
cruce opaco / sombrío panorama
en termino de la siembra
una ciudad asomaba
solitarias las calles,
luces encendidas en las casas
plugos murmuros asomaban por las ventanas
¡ ahhh la población iría creciente!

¿convenía la nueva ruta?
me senté a pensarlo...
se sentía la gente en ocupa
¿quién me daría un vaso de agua?
meditando...los rapaces armaban ideas.

De otras calles

De otras calles

Con el son de los milagros

Cantan en la plaza las palomas

Colonia de velos pasados

Añil poético de los castillos

.

De pétalos es está tormenta

Recrudece en el andar cautivo

Del hombre semidesnudo

De carne fresca no pisó está tierra

De morir su huella profunda

En mi plato un corazón late

Su flecha pincha mi boca

Guarnecido un espiral verde

Caracoles de manzana tiene el postre

Más allá él me llama...

Un desfile de gaviotas, y sus sombras

Sobre mi sombra ya mojada

Las olas implacables golpean la cadera

Canto al riel de luna

Catedral más antigua de la tierra

Racimos de granujos de arena

Un presente a galope por corceles

De su plata iluminados

Ofrecen líneas de hilos escarlata 

Arrecifes jerárquicos

Un saludo de puño y letra de Neruda

Diversidad de espigas al desayuno

Mujeres al desnudo

turista de gafas oscuras fragante sonríe

La sirena

La sirena

Salí allá al río
de asfalto y  lirios
orilla luenga de arena
balsas vacías
de desecho luminoso
fruta de resaca
siembra del sol en mi frente
La prisas torcían mis pasos
mis manos de batuta
 sinfonía de memoria acalorada
vacilante en mis reflejos
llegar a mi destino
Me gusta nadar en la nada
colarme al limbo de la tierra
la individualidad de cada ola
un glamour glaseado
de enorme espuma
estridentes fragores expansivos
saltando cada loco en su tema.
Así escuche a lo lejos
el llanto del alma de una ave muerta
yacía su lamento pegado a su cuerpo
llegando a él, sus alas oscuras
un intento de subir al cielo
mis amigas es el viento
el que les da vida
Donde los fuertes hedores
apagaban la pradera
olfato de candado de acero
 prosiguiendo llegue a mi destino
La red estaba abierta
peces gobernaban la presa
mi viaje en solitario acabó
saltando el agua se hiso tibieza.

En el lecho de la noche

En el lecho de la noche

Puedo morir de amor...
está comprobado
más de tres días, y resucito
toma,  lo sé, su tiempo.
En este crucial razonamiento
sin temor al futuro
hoy,  ¡amémonos!
tanto, y más de lo escrito.
si perezco a tu lado
un favor yo te pido
dame un poco de tu aire
de tu boca iluminada 
de pie en tus brazos
con tu voz vuelve el latido. 

Puedo morir de amor...
pero no está planeado
porque te voy descubriendo
lo que veo 
los sentidos van tan vivos
que se saben bien queridos
reconfortados
así que rodea mi cintura. 

La casa

La casa


Está es una casa,
         con la tibieza de las letras,
             de luz y sombra  caminante.


Habita el alma de la luna
          tinta de plata para las noches de insomnio
                compañía del sol para la retentiva del día.

En  pasillos angostos, frases entrecortadas
                  de abrigo páginas de libros de poetas
                               anega el aroma de café. De él su perfume.

Con sutiles  matices están las paredes,
         las cuadra esquinas con secretos guardados
                versos en vasijas, suspiros en tarros de barro.

Abren en canto las hojas de cortina,
         componen  notas de una melodía
                           por eso su amor  al arrobo del viento.
               
Esta es una casa llena de pensamientos.