sábado, 24 de octubre de 2015

Cielo encendido

Cielo encendido

Suele suceder
en tardes frías e invernales
recurrir al uso estimable
de la piel de tu recuerdo
donde encuentro un festín de abrigo.

En ese estamos cubiertos,
nos tenemos;
briosa tibieza,
se cierran los ojos, y a veces,
tu figura está en mis sueños.

Ahí te retengo,
en el dormir de las junturas
para ahuyentar el frío,
y donde no estás,
penumbras de ausencia;
tan sólo duermo.

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