lunes, 9 de noviembre de 2015

Mi consulta


Mi  consulta

El diagnóstico de hoy pudiera ser el mismo de ayer,
semejante al de mañana,
tomando en cuenta que mi propia persona es quien,
con profundo examen figura padecer.
Tornase extraño,
sientase el termómetro,
 desbordante mercurio,
carmesí ascendiente,
alma mía qué me diste.

Cuando médica procedo a sentir mi piel,
Aquí, mis ojos enfermeros consultan,
muy al tanto de síntomas y pesares de dolor,
a simple vista la normatividad florece,
están donde deben estar las heridas,
a la vista de las rodillas,
en el izquierdo rostro elevado del muslo
los colmillos del can clavados,
la operación de la natalidad
a mitad de  casa.
¿Acaso una gota de sangre brota?
¿llora cascada?
no, la paciente explorada es lo mismo.

Se derrocan  insinuaciones del corazón,
que siendo el manda más de este continente,
quiere por no verse,
por oculto en roja madriguera,
llamar la atención, mueve su sirena,
y toda célula, toda membrana, vena y adyacentes,
tomen el latido en consideración
ya alterado,
ya dolido,
ya sentimental,
a su llamar de amor enfermo
padezcan como él, de sangre su morada.








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