domingo, 1 de noviembre de 2015

Vía equivocada

Vía equivocada

Carne de presidio, compañeros. Aquí me rodean.
Me bautizó la adolescencia. Antes prisión por parque.
Jugueteaba donde una perra lanzó cachorros. Pintos y negros.
Crías de combates. Reclutas de quinto patio fuimos primos y hermanos.

¡¡Ay que perra suerte la mía!!  haber dado mi palabra.
que era minúscula, que era aguda, de tira y corre, primero de Enero.
afile con buen tino el arma blanca.
Adelante, tristemente  mi vida recluta de recios barrotes.
siendo que cualesquiera día caía muerto, mi muerto,
ya era de la muerte, pacto de día y hora entre una y el otro.
Conmigo y sin mí, inminente su viaje.
Ya su sangre era oscura, enclencle, enferma de telaraña.

Entiendan  mi frío crudo destino,
apenas mi sudor era gota de semilla.
Mi furor  por pequeño poco sabio. Desmedido futuro.
Nacidos mis rencores con espadas de plata.
las paredes de doble pintura,  gris de brocha la primera
del cigarrillo su humo nos inundamos, me fastidie  los días.

De la cuidad me perdí los nuevos retornos, vías inconclusas.
Las calles que llevan a Roma en pregunta y pregunta
cambio abrupto
olvido del noviazgo, mariposas en nuestras manos. Se fue nuestro tiempo.
corro desde el primer jueves a la conyugal y  mucho  respiro.
beber de su  embrujo de la mujer que no fue mi novia.

Abro mis labios. Leo las frases escritas en mi cuerpo.
por allí se van de paseo mis ojos equivocados, vapor en los cristales,
campos secos y lustrosos a topar con la muralla china.
Seguidamente me recuerdo joven, capaz de hacer morir en la raya.








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