viernes, 20 de noviembre de 2015

Retrato del pasado

Retrato del pasado

Desde el piso de arriba
mis ojos vuelan,  bajo sus alas
versan personas,
centenares, vertical y doblando la esquina.
La versión próxima narra,
sobre ese océano de matices olas,
un fantasmagórico panorama,
nube de silencio, 
tejado para retener murmullos,
voces de actividad y confieso,
el vuelo tiene tendencias de ventaja.
Se percibe una hamaca meciendo secretos,
aquí y allá evocan otros tiempos,
un aquí que ha vivido y cuenta
del allá, turbia atmósfera se respira.
Era hombre de chistes rudos,
robusto de leyes propias,
de pagos inmediatos, autorización de su palabra,
palabra que venía de su boca,
una viajera para cumplir cada letra.
De aquellos codiciados machos,
sin dejar cabo suelto
y mujeres dispuestas y compuestas,
de tan buenos gustos, todas para él.
Era que su andar caía a retumbar la calle,
sansonica toda su fuerza,
altura morena de centauro,
brusquedad de piel ronca, inhiesta, soberbia voz
curtida de la vida,
imperiosa y de buen mando, capataz.
Va adelante,
cuenta los pasos de su andar sigiloso,
respira lento y despacio llega lejos,
giró un tanto extraño,
y ahora, su presente es diferente...
maquilló su futuro,
la gasa de sus piernas es suave,
por allí la llanura, 
de pelvis buena fuente
fe a la vida es inquebrantable.
Cambio y cuidado,
practicante del día a día,
lo veo por arriba,
el personaje se anda por abajo,
ondas de su perfume
rompen en suspiros sus mantas.
la vida cambia.


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